La Traición de Roma

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Libro: La Traición de Roma
Autor: Santiago Posteguillo
Editorial: Ediciones B
Tipo: Novela Histórica

Tercer libro de la trilogía de Santiago sobre la vida de Publio Cornelio Escipión conocido como “Africannus” a su vuelta de África.

El rey Antíoco lleva años reuniendo un gran ejercito con la idea de conquistar de nuevo los antiguos territorios del que fuera el vasto imperio de Alejandro Magno. Al morir Alejandro, el imperio se dividió entre sus  generales quienes pelearon entre sí para hacerse del control adsoluto. Tras muchos años, se perfilaron más o menos los limites de cada territorio.

Antíoco derrota al ejercito del niño faraón y Egipto pasa a ser parte del reino persa. Ahora a puesto sus ojos en el reino del rey de Macedonia. Entonces, en Roma, llegan comitivas de varias ciudades amigas de Roma, solicitan ayuda, Antíoco está atacando a los aliados de Roma. Pero esos conflictos se escuchan y se oyen tan lejanos.

Será Lucio el hermano de Publio el que cruzará el territorio de Macedonia al mando de las legiones de Roma contra los temidos Catafractos del rey persa. Roma, la potencia ascendente no puede estar al margen.

La carga de los elefantes causa temor entre los legionarios pero hay un plan, un plan a seguir que Publio a encargado a su hermano. Publio no entrará en batalla puesto que años atrás vienen padeciendo unas fiebres que le regresan continuamente.

Publio tiene un hijo, el joven Publio que estará cerca del veterano Silano justo en el centro del combate. En un momento dado, el joven Publio y los legionarios a su lado, abren una brecha en la falange persa y se adentran, sin darse cuenta están a punto de ser encerrados tras líneas enemigas.

Silano y otros legionarios como pueden van por ellos y los regresan a la formación romana

-¡Por todos los dioses! ¿Creéis que vosotros solos vais a ganar esta batalla? ¡Maldita sea! -Y se aclaró la garganta, escupió al suelo – ¡Agua, necesito agua! – aulló mientras se quitaba el casco. Tomó agua y se hecho un poco sobre la cabeza, la sacudió un como lobo al salir del río, luego paso el odre a los demás, comenzando con Publio.

-Habeís combatido bien, estáis todos locos, empezando por ti, Publio. Tomaos un descanso y luego volved a la línea de combate — Y vieron como el tribuno Silano se ponía el casco de nuevo, se lo ajustaba con saña, volvía a escupir y caminaba hacia la vanguardia que volvía a ceder terreno contra la falange siria

-¡A ver! ¿Por qué cedéis terreno? –le oyeron como aullaba al resto –¿Qué tengo yo para combatir, legionarios o nenas? –Y se hicieron a un lado para permitir que el tribuno llegará hasta la primera línea, desenvainara de nuevo su espada y partiera una de las alargadas lanzas enemigas…

Don Santiago, me declaro fan de sus libros  :- )